Hace un par de semanas pude
asistir un día al Congreso Infarma,
el congreso farmacéutico de referencia en Europa. De Infarma no voy a hablar
mucho porque ya se ha dicho bastante. El éxito ha sido total, tanto de
congresistas como de invitados, así como de todo el equipo organizador. Las
cifras han sido apabullantes. Luego está cómo lo haya aprovechado cada uno.
Voy a hablar de un hecho que fue
todo un referente en este tipo de congresos, y que me va a permitir dirigir
este post a mi objetivo final. Dentro del congreso uno de los eventos que más furor causó fue la
denominada “Tuitkdd”, una reunión de
farmacéuticos (y no farmaceúticos) tuiteros con ganas de conocerse. El evento
fue organizado por la gran @susitravel (su
trabajito le costó, os doy fe) y tenía como finalidad una cosa tan simple, pero
a la vez tan enriquecedora, que no era más que conocernos los unos a los otros.
En realidad, ya nos conocíamos, pero era en el mundo virtual. Y las redes está
bien, pero no hay nada como tomarse un café y tener una charla agradable cara a
cara (o como decimos en el mundo de las redes, “desvirtualizarnos”).
El éxito de la “Tuitkdd” fue de lo más espectacular. Se crearon 971 tweets con
1.149.128 impactos en la red, con la colaboración de 963 tuiteros. Unas cifras
que hablan por si solas. Todos los que pudimos acudir a este evento, no dejamos
ni un segundo de tuitear lo que allí se estaba cociendo. Twitter fue nuestra
plataforma de lanzamiento, nuestra red de expansión, nuestro modo de
sociabilizarnos.
Los que me conocen saben que soy
una enamorada (es verdad, me gusta mucho) de las redes sociales. Para mí ya es una forma más de trabajar.
Y el hecho de estar rodeada de gente que también le gusta, me reconforta mucho.
Por eso me chocó mucho un incidente (nada negativo, por supuesto) que me
sucedió estando en la feria.
Como ya os he dicho, todos mis
compañeros estaban como locos mandando tuits a diestro y siniestro. Para mí era
lo más natural del mundo y nunca se me habría pasado por la cabeza pensar que
había gente que no entendía lo que allí estábamos haciendo. Voy al grano, que
me pongo a divagar y no me centro. El caso es que estaba hablando con una
compañera farmacéutica (la conocí en ese mismo momento) y me dijo que tenía
perfil de Twitter pero que no sabía lo que tenía que hacer. Estaba porque había
que estar, pero nadie le había explicado que había que hacer. Así que, allí en mitad de uno de los
pasillos de Infarma, le hice una pequeña clase sobre que hacer con Twitter.
Y es este hecho el que me ha llevado a escribir esta entrada de hoy. Voy a
hacer, para todos aquellos que no lo sepan ya, una pequeña clase magistral
sobre Twitter.
Empecemos por lo básico, ¿qué es Twitter? Twitter es una red que
permite enviar mensajes de texto plano, de corta longitud, llamados tweets que
se muestran en la página principal de cada usuario. Esa longitud es de un total
de 140 caracteres (es decir, también
cuentan los espacios en blanco, las comas, los puntos, etc). En esos mensajes
cada usuario puede exponer un pensamiento, una pregunta, una noticia, cualquier
cosa que pueda ser para él relevante. Una de las características principales de
Twitter es la denominación de los usuarios. A la hora de crearte una cuenta en
Twitter, tendrás que elegir un “Nick”
(un nombre que te identifique). Para el resto de tuiteros serás ese “Nick)” con
un @ delante.
¿Cómo funciona Twitter? Ya hemos dicho que Twitter es una red social. Social significa
interactuar con otros individuos. Por eso esta red nos pone al alcance de
nuestra mano poder seguir a aquellas personas que consideremos que nos puedan
ser relevantes a la hora de informar. Al igual que tú puedes encontrar a
alguien que te resulta interesante, puede haber otros usuarios que te
consideren a ti como alguien interesante para seguir. Esto es lo que se llama “seguidores” (followers) y “siguiendo” (following). Los que a ti te
siguen son tus seguidores, y la gente a la que tú sigues son tus “siguiendo”.
Una regla no escrita de Twitter, y que no todo el mundo sigue (entre ellos
yo) es que si alguien te empieza a seguir, es cortesía que tú le sigas. A mí
esta regla me parece un poco excesiva. Hay mucha gente que hace lo que sea por
conseguir un alto número de seguidores. Pero en realidad no está aportando
ningún interés a mi mundo social. Para mí, el hecho de seguir a alguien es
porque me aporta algo, puedo aprender algo de él y puedo interactuar con esa persona.
No sigo por seguir.
Una vez que ya tienes hecha tu
pequeña lista de seguidores, empiezas a leer lo que ellos tuitean, es decir,
esos mensajes de 140 caracteres que antes habíamos hablado. Es aquí donde
empieza realmente la interacción social. Esto es un medio de comunicación de
ida y vuelta. ¿Qué puedo hacer yo con
esos tweets? Si un tweet te parece interesante, puedes compartirlo con tus
seguidores. Para eso harás lo que se conoce con el nombre de “retweet”, que no es ni más ni menos que
mandar ese mensaje a tus seguidores. En los dispositivos móviles existe,
además, la opción de hacer un “retweet” con comentario, es decir, mandar ese
mensaje con una opinión tuya. ¡¡Ojo!! Si me gustaría puntualizar una cosa.
Hacer un retweet de una noticia o comentario, no implica que estés de acuerdo
con él (lo comento porque ha habido más de una polémica a este respecto).
Si además, ese mensaje te parece
especial, te gusta mucho, o quieres darle una mayor relevancia, lo puedes
marcar como “favorito”. Es una
manera de darle más énfasis a ese mensaje.
Por último, otra de las opciones
que nos da Twitter para interactuar socialmente, es el hecho de establecer una
conversación con un usuario. Imagina que una persona ha puesto un tweet y tú
quieres responderle (bien porque no estés de acuerdo, bien porque quieras hacer
alguna corrección, o bien porque quieras simplemente decirle que estás
totalmente de acuerdo con ese comentario). Eso es lo que se llama “Reply”, que no es ni más ni menos que
responder a ese mensaje.
En los tweets tiene cabida absolutamente todo (dentro del límite de los 140
caracteres que ya hemos comentado anteriormente). Se pueden poner imágenes,
vídeos, enlaces a noticias, documentos, etc. Siempre teniendo en cuenta que el
contador de los caracteres nos va a marcar el límite. Pero se puede dar mucha
información dentro de un tweet. ¿Cuánto
debe medir un tweet? Ya hemos dicho que el límite es de 140 caracteres,
pero recientemente ha salido un estudio en el que pone que la gente prefiere
leer tweets de un máximo de 100 caracteres. Si son más largos, se pueden perder
dentro de la red y no causar el impacto deseado. Yo en este caso difiero un
poco según el tipo de tweet que quieras hacer. Si es más formal puedes hacerlo
no muy largo, pero si es dentro de una conversación informal, puedes escribir
lo que te apetezca. Es mi humilde opinión.
Por último, para terminar esta
pequeña clasecita de Twitter (esto ya es para matrícula de honor), quiero hacer
una pequeña mención a otra de las estrellas de Twitter. Es el llamado “hastag”. Esta palabra nos va a servir
como señal de humo para seguir un tema en concreto. Me explico, ya que puede
haber quedado un poco enrevesado. Cuantas más personas sigas, mayor será el
número de tweets con los que te vas a encontrar. Esto puede hacer que una
lectura se vuelva muy tediosa. Si quieres seguir un evento (como el que ha sido
Infarma o la Tuitkdd), existe una manera de seguirlo más al detalla. Esto es
con la utilización de los “hastags”. Son palabras claves que nos van a permitir
hacer una búsqueda de tweets muy concretos. La característica principal de
estas palabras es que, para facilitar su búsqueda, llevan delante el signo #.
Si queremos leer todos los tweets que se han generado durante la Tuitkdd,
bastará con hacer una búsqueda con la palabra #Tuitkdd. Se nos generará una
lista con todos aquellos tweets que contengan este “hastag”. Para ello es
fundamental que todos los usuarios que acudan al evento utilicen los “hasta”,
sino no hay manera humana de localizar toda la información.
Puff… Creo que al final me ha
quedado un poco extenso (más de lo que quisiera) este post. Y lo peor es que se
me han quedado en el tintero muchas cuestiones. Así que tocará hacer segunda
parte. Espero que os haya gustado, aunque sé que a muchos de vosotros, lo que
he contado, lo tenéis más que sabido. De
todas formas, mil gracias por estar ahí.
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