La semana pasada prometía ser
una semana tranquila y “feliz” para el sector de la farmacia comunitaria. Se
inauguraba en Córdoba el XIX Congreso Nacional Farmacéutico, que pasaría a
llamarse “el
congreso de la renovación”, según palabras de Carmen Peña, presidenta
del CGCOF.
En dicho congreso se presentó la
denominada “Declaración
de Córdoba”, cuyo objetivo principal ha sido presentar una Farmacia
Comunitaria que trabaja para un nuevo paciente en una nueva Sanidad. Todo un
conjunto de palabras lleno de muchas ilusiones y ansias por seguir avanzando en
la línea del desarrollo de una farmacia asistencia.
Como digo, esta semana se las
prometía felices para la farmacia comunitaria. Sin embargo, el mismo día en que
quedaba inaugurado este Congreso (digo yo que anda que no hay días en el
calendario…), la OMC (Organización
Médica Colegial) lanzaba un comunicado
cargando contra el modelo de farmacia, la distribución farmacéutica y la
industria. Tal y como he comentado antes, no hay días en el calendario que lo
tuvieron que hacer el mismo día en que se inauguraba el Congreso Nacional
Farmacéutico. ¿Casualidad? A estas alturas de la vida, creo poco en las
casualidades…
Para la OMC uno de los
principales problemas radica en el modelo
mediterráneo de farmacia. No voy a entrar a valorar qué modelo es mejor, si
el mediterráneo, el británico, el francés… Todos tienen sus ventajas e
inconvenientes. Lo que la OMC quiso destacar es que "las farmacias
deberían ser concesiones temporales, obtenidas por sistema meritocrático y
retornar el derecho de la autorización a la Administración por jubilación, renuncia
o defunción". Acabar con las dinastías de farmacéuticos ancestrales y con
los “tejemanejes” que ocurren en la mayoría de los concursos para la concesión
de nuevas farmacias, en las que farmacéuticos que, habiendo ya pasado con
creces la edad de jubilación, se presentan a concurso arrasando en las
puntuaciones (con ese grado de experiencia no me extraña), dejando así con muy
pocas (más bien nulas) posibilidades de adquisición por parte de farmacéuticos
jóvenes que no cuentan con ese expediente tan abultado.
La industria y la distribución
también se han visto afectadas. No voy a entrar a valorar mucho ese aspecto
porque me pilla un poco de lejos y no tengo en mi poder argumentos para poder
rebatir.
Pero lo que de verdad me ha
“chirriado” y mucho, ha sido el hecho de que la OMC haya puesto en tela de
juicio la calidad de la labor profesional del farmacéutico. ¡Acabáramos! Dice
la OMC que “el seguimiento terapéutico,
encuadrado en la “atención farmacéutica”, no debe interferir en la pauta
terapéutica elaborada por el medico, de tal forma que se evite la confusión en
el paciente y el distanciamiento en la relación médico‐paciente”.
¿?¿?¿? ¿Distanciamiento?
¿Confusión? Creo que alguien está hablando sin conocimiento de causa, y eso es
muy peligroso. ¿Acaso no han visto los beneficios que el SFT está reportando a
sus pacientes? ¿No conocen los trabajos en común entre médico-farmacéutico que
se están desarrollando a nivel nacional? Señores, creo que deberían
documentarse un poco más antes de hablar. El farmacéutico está demostrando día
a día su valía como profesional sanitario, le pese a quien le pese.
Ante tal informe y debido a las
críticas suscitadas (no es para menos), la presidenta del CGCOF, Carmen Peña,
respondió a dicho comunicado con actitud colaborativa, diciendo lo siguiente: “Tendemos
la mano a los médicos, pero la farmacia está en un nuevo camino sin retorno”.
¡Chapó! Eso es, señores. En este barco cabemos todos, y todos viajamos en la
misma dirección: buscar una mejor calidad de vida para nuestros pacientes. Cada
uno sabiendo lo que tiene que hacer. Yo no sé diagnosticar, no me han enseñado
eso, pero lo que sí han hecho ha sido enseñarme a ser “el profesional del
medicamento”. Si de algo sé es de fármacos, de sus interacciones, sus
contraindicaciones, su posología, etc. No me digas que no estoy capacitado para
hacer un SFT porque no es verdad. No pretendemos alejar al paciente de la
consulta del médico, todo lo contrario. A diario muchas consultas farmacéuticas
acaban siendo derivadas al médico correspondiente. ¿O acaso no lo saben?
¡Venga, por favor!
En fin, como habéis visto el
resumen semanal de esta semana ha tenido un claro protagonista. Pero creo que
era mi deber darle la mayor de las relevancias porque creo que esta declaración
ha sido del todo inoportuna y sin consistencia. Animo a los sectores implicados
a que se sienten alrededor de una mesa, dejen el hacha de guerra en la calle y
trabajen para que la colaboración entre profesionales sea un hecho y no un
motivo de guerra. En este escenario todos tenemos un papel y debemos
desarrollarlo como mejor sabemos, sin críticas ni injurias. Dialoguen pues.
Acabemos el resumen con un poco
de humor. ¡Feliz Semana a todos!
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