La receta médica en papel tiene los días
contados. La
Receta Electrónica se va haciendo su hueco en el proceso de dispensación en el
día a día de las farmacias.
Hace
más de diez años que arrancó esta aventura electrónica con unas expectativas
muy altas. El proceso de implantación ha sido más lento de lo esperado, y con
grandes diferencias (muy a nuestro pesar) entre CCAA. A día de hoy hay
comunidades, como Castilla y León, que no disponen aún de este servicio, y
comunidades que están recién salidas del huevo (perdón por la comparación),
como es el caso de la CAM.
Queda
mucho camino por recorrer y muchos aspectos que mejorar. Pero el camino ya está
empezado. Esperemos que acabe con la implantación de una Receta Electrónica
Única, válida en todo el territorio nacional (ojalá).
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La receta
médica electrónica es un procedimiento tecnológico que permite
desarrollar las funciones profesionales sobre las que se produce la
prescripción de medicamentos de manera automatizada, de manera que las órdenes
de tratamiento se almacenan en un repositorio de datos al cual se accede desde
el punto de dispensación para su entrega al paciente.
¿Cuáles son los objetivos de la RE?
• Garantizar a los ciudadanos
poder retirar los medicamentos que tienen prescritos desde cualquier farmacia
del país sin necesidad de presentar una receta en papel
• Desligar al médico de la función
económico-administrativa de la receta médica
• Favorecer el desarrollo de los
programas de Uso Racional del Medicamento
• Avanzar en la implantación de
sistemas de información, que permitan a las CCAA conocer las transacciones que
se realizan entre ellas.
El modelo funcional teórico de la RE es el
siguiente:
·
El paciente se identifica con su tarjeta sanitaria y el médico se
identifica y acredita electrónicamente.
·
La prescripción se realiza contra un Nomenclátor (el oficial del SNS o
una adaptación del mismo)
·
La prescripción médica se registra automáticamente en la historia
clínica electrónica del paciente
·
Las recetas se generan de forma electrónica, y se validan automáticamente
con la firma electrónica del facultativo, almacenándose en una Base de Datos de
prescripción.
·
El médico imprime el volante de instrucciones del paciente, en soporte
papel.
·
La oficina de farmacia realiza la identificación automática del paciente
y sus datos a través de la tarjeta sanitaria, y accede a una o varias
prescripciones pendientes de dispensar.
·
Se registra automáticamente la dispensación de la oficina de farmacia
a través de la firma electrónica del farmacéutico, así como las sustituciones,
si fueran realizadas.
Ésta es
la teoría, muy bonita la verdad. Pero, ¿cuál
es la realidad? Desde el punto de vista del médico no puedo hablar, pero sí
desde la realidad de la farmacia. ¿Cómo ha sido esa implantación? ¿Qué mejoras
ha supuesto? ¿Qué desventajas?
Para
dar respuesta a estas preguntas y muchas más, he abusado un poco de la
confianza de mis compañeros farmacéuticos y les he pedido que me contestaran a
unas cuantas preguntas para averiguarlo. Podéis consultar dicho cuestionario
pinchando aquí.
No
puedo estar más contenta con el resultado. No sólo la participación ha sido muy
alta, sino que además se han generado debates en Twitter donde queda reflejada
la diferencia existente entre CCAA. de nuevo, sólo puedo decir ¡GRACIAS!
Ahora
pasemos a analizar vuestras respuestas:
Se han
obtenido un total de 108 respuestas,
de las cuales 77 corresponden a Oficinas de Farmacia en el ámbito urbano, y 31
en el rural, abasteciendo al siguiente número de habitantes:
·
40% más de 20.000 habitantes.
·
25% 2.000 – 5.000 habitantes.
·
19% menos de 2.000 habitantes.
·
17% 5.000 – 20.000 habitantes.
De
todas las farmacias, 101 de ellas disponen ya de servicio de Receta
Electrónica. Las 7 que no la tienen están ubicadas en Castilla y León, comunidad autónoma que está previsto disponga del
sistema a lo largo de este año.
¿Cuánto tiempo lleva implantado el Servicio
de Receta Electrónica? El 32% de las farmacias tiene implantado el Servicio de Receta
Electrónica desde hace más de 5 años, el 18% desde hace más de 2 años, el 20%
desde hace más de 1 año y el 23% desde hace menos de 1 año.
¿Qué volumen de recetas se dispensa y factura
a través del Servicio de Receta Electrónica? El volumen de recetas dispensadas en un 47%
de las farmacias ha sido de más del 80%, seguidos por un 29% que dispensan y
facturan más del 50% de las recetas. Estos datos demuestran el buen camino por
el que va la Receta Electrónica.
¿Cómo ha sido el proceso de implantación? Para la mayoría de las
farmacias encuestadas, el proceso ha sido fácil (59%) y rápido (34%).
Durante
este proceso de implantación el 57% de las farmacias no tuvieron que hacer
cambios significativos en la farmacia. Los cambios
que si tuvieron que realizar el resto de farmacias tienen relación con el soporte informático, principalmente.
Esos cambios incluyeron adaptar los puntos de venta (algunos incluso han tenido
que aumentar el número de puntos de venta), el sistema de gestión de la
farmacia, cambio de impresoras, lectores de tarjeta o formación del personal,
entre otros. Mención especial merece el pago de la firma electrónica para poder
realizar la dispensación. Hecho que ha suscitado un gran número de quejas entre
los farmacéuticos. Si queréis dar vuestra opinión al respecto de este apartado,
os invito a que lo hagáis en la parte de comentarios de este blog.
El
proceso de aprendizaje de la Receta
Electrónica ha sido fácil para la gran mayoría de las farmacias encuestadas
(74%).
Sin
embargo, uno de los objetivos principales de la Receta Electrónica que
pretendía hacer más sencillo y ágil el proceso de dispensación, no se ha
cumplido. Al menos en opinión de los farmacéuticos. Un 58% de los encuestados
opina que este servicio no agiliza el
proceso de dispensación. Esto se lo deberían hacer mirar las autoridades
competentes en la materia.
Por
otra parte, los farmacéuticos si ven con buenos ojos este servicio de cara a
los ciudadanos, ya que un 41% de los mismos
piensa que los pacientes sí están satisfechos con este servicio, a pesar de
no agilizar el proceso de dispensación. Curioso, cuanto menos.
Aquellos
que opinan que el paciente no está satisfecho, lo piensan así debido a las
quejas recibidas por parte de los mismos en el día a día detrás del mostrador.
La mayoría de estas quejas tiene que ver con la lentitud del proceso (de aquí
mi escepticismo con las conclusiones escritas en el párrafo anterior), se
quejan de no poder retirar toda su medicación (tal y como hacían antes cuando
los médicos les recetaban para 2-3 meses seguidos), no saben algunos aspectos
burocráticos del sistema y no entienden que el farmacéutico no pueda
dispensarles lo que les solicitan, o cuando no se les puede dispensar porque se
ha caído el sistema, entre otros muchos aspectos.
Otro
aspecto a mejorar en el Servicio de la Receta Electrónica tiene que ver con la
siguiente afirmación: “un 69% de los
farmacéuticos encuestados opina que este servicio no ha mejorado la relación
con el personal médico”. Esto debe cambiar y rápido. El proceso de
comunicación y cooperación entre profesionales sanitarios tiene que convertirse
en un hecho real y no teórico. Ya está bien de vivir en mundos
compartimendados. Somos un todo y así debemos actuar. ¿Hasta cuándo vamos a
seguir así? En fin, sigamos con el análisis…
Los dos
últimos aspectos del cuestionario sobre el Estudio de implantación del Servicio
de Receta Electrónica en España, han sido dos apartados abiertos y libres donde
he pedido a mis compañeros que me den su opinión general sobre este servicio y
qué aspectos del mismo mejorarían. La información que me habéis aportado ha
sido mucha y conviene analizarla con un poco más de detalle. Como ya me he extendido
bastante en el resto de preguntas, me dejo esto reservado para hacer un segundo
post sobre la implantación de la Receta Electrónica en España.
Llegados
a este punto, sólo me queda decir, ¡muchas
gracias a todos por vuestra colaboración!
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