La prescripción por enfermeros ya es una realidad. El Ministerio de Sanidad ha elaborado un un borrador de proyecto de Real Decreto por el que se regula la llamada receta enfermera. Esta norma acreditará a los enfermeros y recogerá aquellos medicamentos que puedan ser prescritos por ellos, y en que condiciones. Gracias a esta norma el personal de enfermería podrá prescribir no sólo productos sanitarios y medicamentos de uso humano no sujetos a prescripción médica (como venían haciendo hasta ahora), sino que también podrán recetar medicamentos sujetos a prescripción mediante guías de práctica clínica y asistencial.
Desde esta pequeña ventana que es mi blog, sólo puedo decir una cosa: ¡¡FELICIDADES!! Felicitar a todo el colectivo de enfermería por hacerse valer, por conseguir un objetivo buscado desde hace mucho tiempo, por demostrar su capacidad, pero sobre todo (y aquí es donde me sale la vena de envidia sana) por luchar de forma conjunta, por estar unidos y pelear con fuerza y rigor. Los enfermeros han demostrado ser un colectivo con fuerza y rigor, han sabido mantenerse juntos y han llegado hasta donde están por méritos propios.
Muchos pensaréis que debería estar indignada por este hecho. La prescripción es algo que llevamos reclamando los farmacéuticos desde hace mucho tiempo. Pues no señores, no estoy indignada (al menos no con los enfermeros, ellos lo único que han hecho ha sido luchar por ellos mismos, y lo han hecho realmente bien). Si hay alguien con quien debería estar enfadada, es conmigo misma (no sólo conmigo, obviamente). Con el colectivo farmacéutico en general. Nunca hemos estado unidos (y creo que nunca lo estaremos). Es cierto que el farmacéutico ha logrado hacer muchos cambios, de unos años para acá. Pero lo hemos hecho en pequeños islotes, cada uno por nuestro lado. Sin un orden ni uniformidad. ¿Por qué nos resulta tan difícil estar unidos?
Ayer comentaba esta noticia con una compañera farmacéutica, y me dijo que los enfermeros no sólo han conseguido lo que tienen gracias a estar unidos, lo han hecho también porque ellos trabajan a nivel público y no se tienen que preocupar de llenar la caja. Esa lacra que nos lleva persiguiendo desde hace mucho tiempo, la vena comercial, es la que nos impide avanzar. Muchas veces el farmacéutico tiene que ser más empresario que sanitario. Por eso no estamos unidos, porque tenemos que comer de los medicamentos. Algo que ya se ha visto que no tiene mucho futuro.
Así que desde aquí lanzo un llamamiento. Luchemos por lo que queremos, pero hagámoslo juntos. Luchemos por lograr una farmacia comunitaria de servicios. Como sanitarios que somos podemos hacerlo. Yo no busco una prescripción farmacéutica, eso se lo dejo a los médicos que creo que son los más indicados para ello (el proceso de prescripción requiere primero de un diagnóstico eficaz, y eso los médicos lo hacen muy bien). Lo que yo quiero es que el paciente reciba esa prescripción en condiciones de calidad, seguridad y eficacia. Quiero hacerle un seguimiento, detectar posibles problemas relacionados con el medicamento, evitar interacciones, optimizar la terapia, y que el paciente logre mejorar su estado de salud. Pero además, quiero poder vivir de eso. No quiero tener que preocuparme de si el paciente se lleva más o menos cajas de medicamentos, de si me pagarán las recetas este mes, de tener que hacer promociones de venta, ventas cruzadas, etc.
Por supuesto no quiero ofender a nadie. Al que le guste la vena comercial, que la desarrolle. Tiene todo mi respeto y mi admiración. Lo que yo quiero es desarrollar mi vena sanitaria. Y como yo, muchos de mis compañeros. Así que, de nuevo y siento ser una pesada, UNIDAD señores, por favor. Seamos un colectivo unido. Veréis cómo nos irán mejor las cosas a todos.
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