Hoy me apetecía escribir sobre consejos farmacéuticos, al fin y al cabo ese es mi trabajo. Y como estamos próximos a unas fiestas donde la comida y la bebida van a ser los grandes protagonistas, nuestra boca va a ser la gran perjudicada. Así que, vamos a ponernos la bata blanca y a dispensar un poco de arte farmacéutico. Comencemos...
La boca es una gran olvidada. Nos pensamos que su "mantenimiento" se traduce en cepillarnos los dientes un par de veces y poco más. No nos damos cuenta que nuestra boca es el portal a nuestro organismo. Por ella pasan al cabo del día numerosas bacterias, contaminación, partículas en suspensión, restos de comida y bebida, etc. Todo esto hace que se cree un caldo de cultivo para numerosas infecciones que van más allá de tener una bonita sonrisa o un aliento fresco.
La boca es una gran olvidada. Nos pensamos que su "mantenimiento" se traduce en cepillarnos los dientes un par de veces y poco más. No nos damos cuenta que nuestra boca es el portal a nuestro organismo. Por ella pasan al cabo del día numerosas bacterias, contaminación, partículas en suspensión, restos de comida y bebida, etc. Todo esto hace que se cree un caldo de cultivo para numerosas infecciones que van más allá de tener una bonita sonrisa o un aliento fresco.
Una mala higiene dental hace que perdamos la defensa del esmalte dental, aparecen caries en nuestras piezas dentales, un mal aliento sale de nuestra boca, se producen pérdidas de dientes, llagas en la mucosa bucal y sangrado. No sólo aparecen problemas de salud a nivel local (a nivel bucal), sino que podemos llegar a sufrir enfermedades generales que afectan a todo nuestro organismo. Se ha descubierto la relación entre la caries dental y problemas cardíacos. Y más recientemente se ha visto la conexión entre una mala salud bucodental con el aumento de complicaciones asociadas a la diabetes.
Por todo esto, no está de más recordar unos consejos básicos que nos ayuden a mantener nuestra cavidad bucal en buen estado, no sólo para presentar una imagen sana y bella, sino también como garantía de un buen estado de salud en general.
Estos son los
pasos a seguir para que nuestra sonrisa nos haga brillar con luz propia:
- El cepillado:
cepillarse los dientes después de cada
comida es esencial para mantener una higiene bucal adecuada. Pero tanto más importante es que este cepillado se haga de forma
correcta. Una técnica que logra una alta
eficacia es la Técnica de Bass. Esta técnica
consiste en inclinar el cepillo 45º grados entre diente y encía, de manera que
los filamentos estén en contacto con el margen encía-diente y abarquen dos o
tres dientes. Conviene hacer movimientos muy pequeños de vibración o circulares
con el mango sin presión y sin que los filamentos se lleguen a desplazar de su
posición en la encía. En los dientes anteriores, por la cara lingual, se debe
realizar con el cepillo colocado verticalmente. El cepillado debe durar
unos 3-4 minutos en caso de un cepillo manual, y 2-3 minutos si se trata de un
cepillo eléctrico.
- Tipo de cepillo: las cerdas del cepillo van a estar en contacto directo con el esmalte de nuestros dientes. La técnica de cepillado puede resultar abrasiva para nuestros dientes si no se realiza adecuadamente. El cabezal de nuestro cepillo no debe ser muy grande, y los filamentos han de ser medios o suaves, con el fin de adaptarse major a la anatomía dental. Si se trata de un cepillo eléctrico, debemos recordar que ya tiene movimiento, por lo que deberemos ir cambiando de superficie muy lentamente. El cepillo se debe renovar aproximadamente cada 2 o 4 meses, en función del desgaste.
- Limpieza entre
los dientes: para limpiar los espacios interproximales utilizaremos las sedas o
las cintas dentales, y en caso de espacios grandes utilizaremos los cepillos
interproximales. Es muy importante que no olvidemos limpiar estas zonas ya que
representan el 40% de la superficie dental.
- Limpieza
lingual: la lengua es la gran olvidada en la higiene bucal. Un error grave por
nuestra parte ya que en ella se quedan restos de comida, células descamadas,
mucosidades, bacterias, etc, lo que puede provocar aparición de malos olores y
problemas de salud. Para eliminar estos restos, contamos con los limpiadores
linguales que van a arrastrar estos elementos, contribuyendo así a su
eliminación.
- Irrigadores bucales: son el complemento ideal a una higiene bucal completa. La aplicación directa de un chorro de agua o de un colutorio bucal ayuda a la eliminación de las bacterias que se encuentran en los dientes, las encías y aquellos lugares de difícil acceso.
- Enjuagues
bucales: tras el cepillado debemos enjuagarnos la boca con un colutorio
específico a nuestras necesidades, con el fin de lograr una limpieza optima de
nuestra cavidad bucal. Además de contribuir a la eliminación de las bacterias,
nos proporcionan una gran sensación de frescor y buen aliento. El enjuagado
debe durar unos 20 segundos.
- Control del
consumo de alimentos ricos en azúcares: es sabido que el azúcar es el sustrato
ideal para el crecimiento y desarrollo de las bacterias existentes en la
cavidad bucal. Es por ello por lo que, tras la ingesta de este tipo de
alimentos, deberemos limpiarnos la boca adecuadamente.
- Visitas
regulares al dentista: debemos realizar una revisión general de nuestra boca,
al menos dos veces al año. Y siempre que notemos algún problema en nuestra
dentadura (sangrado de encías, caries, sensibilidad dental).
No hay comentarios:
Publicar un comentario