Hace unos días saltaba la noticia: “Alertan de que los efectos de
la hipertensión podrían ser tan devastadores como el SIDA”. Sólo con leer el titular, uno
ya se asusta. Comparar la hipertensión arterial con el SIDA, una enfermedad que
ha causado (y sigue causando) tantos estragos en la sociedad, es un tema muy
serio a la par que preocupante.
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¿Y por qué hacen esta comparación? Parece ser que, según los investigadores que
han hecho estas declaraciones, se tiende a infravalorar el impacto sanitario de
la hipertensión arterial, una patología que en los próximos veinte años podría
exceder en número de víctimas a las atribuidas por el SIDA.
Según este artículo la respuesta
de los gobiernos a la epidemia mundial de la hipertensión parece algo mejor que
la que se hizo frente al VIH/SIDA hace dos décadas. Sin embargo, hace falta que
se haga un mayor esfuerzo para evitar que esta nueva epidemia acabe con la vida
de millones de personas. El VIH es una
de las principales prioridades de la salud mundial, y es reconocida como
una seria amenaza para muchos países en desarrollo. Mientras que la
hipertensión es vista como una enfermedad propia de Occidente, y por tanto de
poca relevancia para países en vía de desarrollo, a pesar de que las evidencias
acerca de la prevalencia en estos países han aumentado.
La hipertensión es una enfermedad no transmisible asociada a factores
como la obesidad, la falta de ejercicio o una dieta deficiente. Todos estos factores definen
claramente a una sociedad que vive en países con un nivel de desarrollo alto.
Sin embargo, debido a la globalización que estamos viviendo en estos últimos
tiempos, las malas costumbres también se contagian. Muchos países en vías de
desarrollo, que están empezando a prosperar, están transmitiendo a sus
habitantes esta forma de vida occidental. Este hecho hace que enfermedades muy
relacionadas con unos hábitos de vida no saludables (tipo hipertensión,
diabetes, enfermedades coronarias) se vean claramente aumentadas en este tipo
de sociedades.
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La mejor herramienta para atacar
la hipertensión es la prevención. Y
la mejor manera para prevenirla es educando
a la población de los peligros que conllevan este tipo de malos hábitos. La
educación para la salud ha de ser uno de los objetivos primordiales en los
programas de política sanitaria de todos los países.
La educación debe ser llevada a cabo por todos los protagonistas que ejercen dentro de la
cadena sanitaria (médicos, enfermeros, farmacéuticos, entre otros). Para poder
comunicar hay que estar bien formado.
Como profesionales sanitarios nuestra formación ha de ser continua. Los
congresos son una buena plataforma para acceder a esa formación.
En los días 26, 27 y 28 de marzo
va a tener lugar en Madrid, la 19ª
Reunión Nacional de la Sociedad Española de Hipertensión-Liga Española para la
Lucha contra la Hipertensión Arterial (SEH_LELHA). Esta cita se convierte
cada año en el encuentro nacional de referencia en la investigación de la
Prevención del Riesgo Cardiovascular y su manejo en la práctica clínica diaria.
Estas jornadas nos permiten tener una visión
completa de la enfermedad cardiovascular, desde los mecanismos
fisiopatológicos implicados en la misma hasta la práctica clínica, pasando por
la implicación comunitaria de la enfermedad crónica.
Por segundo año consecutivo, los
farmacéuticos comunitarios tenemos
una cita pendiente con estas jornadas. Gracias a SEFAC, se ha logrado la
implicación del farmacéutico en este congreso. El día 26 de Marzo tendrá lugar
la 2ª Jornada para Farmacéuticos Comunitarios.
Somos una pieza clave en la cadena
de atención sanitaria. Con Congresos de
este tipo, se nos permite poder demostrarlo a la sociedad. Dada la importancia
de esta cita, espero poder contar con la presencia de muchos de vosotros.
Debemos hacernos valer porque somos profesionales
capacitados. Es hora de demostrarlo.
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